martes, 19 de agosto de 2014

Características de una cava



La cava debe contar con los anaqueles y estantes necesarios para ordenar los vinos por medio de cada una de las características de los mimos estos deben contener las botellas bajo un estricto y contar con las condiciones ambientales.


El tamaño de una cava dependerá totalmente de la cantidad de botellas que se desee  almacenar, esta deberá contar con un ambiente constante y lo menos agresivo posible con el vino y este debe de estar definido por 5 características principalmente las cuales son: iluminación, humedad, temperatura, ventilación y vibraciones.

Debera contar con  muros aislados y de ser posible los cimientos deben de ser en el suelo y sus dimensiones deben permitir amlacenar una gran cantidad de botellas y entre cada uno de los estante existente debe de existir un espacio considerable para poder tener una movilidad dentro de la misma además de que esto ayudara a la circulación del aire.

El piso es  otro factor importante por lo cual este debe facilitar la transpira con  y  absorción de las vibraciones  por lo cual se recomienda  la tierra batida, la arena y la grava.
 

Ubicación: Es preferible que se encuentre en un lugar poco frecuentado, y que sus paredes no den al exterior. Si tiene muros exteriores, su orientación deberá evitar al máximo la insolación, es decir, las superficies y aberturas en dirección sur.

Temperatura: Un rango de 12 a 15 ºC es lo correcto. Temperaturas más bajas impiden la evolución de los vinos; más altas provocan reacciones indeseables y los estropean.
Hay que evitar la cercanía de fuentes de calor, especialmente calderas de calefacción..

Humedad: Alrededor del 70-75 %. Un ambiente excesivamente seco promueve la evaporación y reseca los corchos propiciando la fuga de vino. Los excesos de humedad dañan la estética de las botellas, ya que se despegan y se destruyen las etiquetas y se favorece la proliferación de microorganismos (hongos) que pueden afectar al vino.

Ventilación: Es conveniente una moderada aireación, evitando las corrientes y los intercambios bruscos, así como la entrada de humos y malos olores.

Iluminación: se debe evitar que la luz del sol acceda directamente al interior. Las radiaciones afectan la evolución del vino. Son ideales los focos de luz dispersa, de poca potencia y de intensidad fría.

Estanterías y botelleros. Es conveniente que las superficies donde reposen las botellas estén dispuestas de manera que no sea necesario mover las botellas para poder identificarlas. Un sistema de estantes superpuestos verticalmente y con una distancia suficiente entre ellos permite optimizar el espacio y contemplar de un solo vistazo una gran cantidad de las botellas de vino almacenado.


Las superficies donde reposen las botellas deberán ser planas o ligeramente acanaladas para evitar que rueden; hay que rechazar formas barrocas que sacrifican, en pro de una dudosa estética, una buena visión de las botellas y facilitan la acumulación de polvo a la vez que crean zonas mal ventiladas.

Las estructuras que sostengan los estantes deberán ser lo más sólidas posible, para evitar movimientos, y de estructura simple, se recomiendan estructuras perforadas a base de madera tratada o, mejor aún, de obra de mampostería.

Si la cava está expuesta a vibraciones exteriores, es conveniente que las estanterías reposen sobre un suelo que pueda absorberlas, ya sea un suelo arenoso o una superficie de caucho. No son recomendables las estructuras de hierro, cuyo óxido puede manchar las etiquetas y llegar a penetrar en el cristal de las botellas.

Para cavas de pequeña capacidad, pueden utilizarse los perfiles paralelos modulables que permiten sostener las botellas en la posición adecuada, siempre y cuando sean de constitución robusta, no se apilen más de tres o cuatro pisos y se deje suficiente distancia entre cada línea para poder identificar las botellas sin tener que moverlas.



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